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31 Moisés subió a la montaña donde estaba Dios, y le dijo:

—Reconozco que el pueblo se ha portado muy mal al haberse hecho un dios de oro. 32 Yo te ruego que los perdones. Pero si no los perdonas, ¡bien puedes matarme a mí también!

33 Dios le contestó:

—Yo le quito la vida al que peca contra mí.

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